ZORONGO - XX ANIVERSARIO

Sabor, exquisitez y maestría

CONCIERTO DE ZORONGO - 15 años de musica

Fecha: sábado, 28 de febrero. Lugar: teatro de Ansoáin. Intérpretes: Zorongo, formación integrada por Ekhi Ocaña, a la flauta, al piano y al cajón, Urko Ocaña, al laúd y a las guitarras flamenca y eléctrica, Koki, a los saxos y al cajón, María Echeverría, a la voz, Edurne Aizpún, al piano, a la flauta y a los coros, Antonio Garde, al bajo, y Guille Sanz, a la batería y al cajón. Incidencias: concierto enmarcado en los de celebración del 15º aniversario de la formación del grupo. 2 Horas y ¼ de duración, bises incluidos. Muy buena asistencia.

El flamenco con denominación de origen Navarra e indiscutible label de calidad de Zorongo cautivó a cuantos se dieron cita en el teatro de Ansoáin, recinto de lujo que el pasado sábado abrió sus puertas para recibir a una formación igualmente de lujo; a unos artistas que se desbordaron generosamente en todos los sentidos a la hora de compartir sus esencias, brindando una excelsa actuación: y tanto en lo referido a derroche artístico, presencia de acertadas y excelentes colaboraciones incluidas, como en lo relativo a su duración.

De inequívoco regusto arábigo-andaluz, por lindes cautivadoramente flamencas, los comandados por los hermanos Ocaña recuperaron músicas de la primera época del grupo (con un sonido, claro está, actualizado); brindaron temas de tiempos más recientes y recordaron y homenajearon a aquellos artistas que más les han marcado, como Paco de Lucía, Sabicas, Federico García Lorca, Enrique Morente o Pedro Iturralde. Y lo hicieron ofreciendo un concierto que, orbitando alrededor de las guitarras y de la flauta de los hermanos Ocaña, además de lo dicho, fue una verdadera masterclass: una especie de concierto didáctico, de clase magistral acerca de cómo sacar adelante una empresa así, dando lugar a todo un ejercicio de arte y estilo; de calidad y musicalidad.

La velada arrancó por tangos y bulerías, brillando con especial luz durante su transcurso las interpretaciones que acogieron a los distintos colaboradores: Iñigo Porto, al bandoneón, aportando aromas porteños en la suya; Leyre Fernández y Miguel Otaegui -a los violines- y Pablo Jiménez, al violonchelo, en una pieza inspirada por el Réquiem de Mozart, con María, la vocalista, cantando por lindes propias de la lírica; Diego Belzunegui, al piano, en un bloque dedicado a Paco de Lucía y Félix Grande, poeta y amigo del inmortal guitarrista, y, finalmente, el recitador Paco Ocaña, quien declamó en diferentes comparecencias sentidos versos del último de los citados y de García Lorca, con ambos frente a frente en el telón de fondo: ni que decir que dichos momentos representaron los de mayor emotividad. ¿Más momentos a destacar en una velada rica, muy rica en ellos? Los protagonizados por todos los músicos presentes, los cuáles llegaron incluso a hacerse cargo de los instrumentos de otros (en algunos casos), dejando fotogramas sonoros inéditos e imágenes imborrables en las retinas, y, en lo referido a temas, los siguientes: el trémolo de Sabicas brindado por Urko por soleares (tras un recuerdo a Morente ofrecido por Ekhi, a la flauta, igualmente por soleares); la interpretación de Veleta de tu viento, compuesto por Pedro Iturralde para Zorongo, o, ya en los bises, la ceremonial y solemne versión del Txoriak txori de Mikel Laboa, aportando Urko Ocaña un último adorno a la noche haciendo sonar por vez primera la guitarra eléctrica con total majestuosidad: unas piezas tan extensas como intensas todas ellas, trazadas entre cambios de ambientaciones y de ritmos concebidos… Sin prisas ni pausas; con las luces y las palmas aportando complicidad al hecho musical. Bueno, y los aplausos de los presentes: de un público que, al igual que los músicos, disfrutó plenamente de la velada, en verdad.